Hyundai Hb20s

En un mundo donde los SUV se llevan toda la atención, los sedanes chicos resisten en silencio. Y lo hacen con argumentos sólidos. El Hyundai HB20 Sedán, que ya habíamos probado en el canal, volvió a pasar por nuestras manos. Esta vez, más allá del equipamiento, el consumo o el diseño, lo usamos para plantear una pregunta: ¿por qué elegir un sedán en 2025?

Diseño

El HB20 Sedán mantiene el lenguaje de diseño que la marca coreana viene afinando en los últimos años. Con una trompa afilada, luces estilizadas y una silueta limpia, logra diferenciarse del hatch, aunque sin estridencias. La parte trasera es protagonista, no solo por estética sino porque ofrece un baúl generoso que se agradece frente a muchos SUV con formas más vistosas que prácticas. Con 4,32 metros de largo, 1,72 de ancho y un baúl de 475 litros, el HB20 S se ubica en el corazón del segmento B, y se posiciona como una de las opciones más racionales para quienes buscan espacio sin pagar de más. En la parte posterior, a diferencia del hatchback, el sedán concentra todas las luces (marcha atrás, freno, posición) en un solo faro y en la tapa del baúl. Esto evita que las balizas/guiños, luz de reversa, etc, queden ubicadas en la parte baja del paragolpes y sea difícil verlas a la primera.

Motorización y transmisión

El motor es un conocido 1.6 litros de 123 CV y 151 Nm, que se siente suficientemente ágil en ciudad y en ruta. Si bien no es explosivo, su comportamiento es progresivo, sereno y eficiente. La caja automática acompaña bien en el día a día. En ruta, el HB20 sedán se muestra estable, con buena insonorización y un andar más sólido que lo que se esperaría por su tamaño. El consumo en condiciones reales rondó los 9 litros cada 100 km en uso mixto, lo que lo posiciona bien frente a sus rivales. A veces, los motores más pequeños y con turbo, suelen consumir más de lo que uno creería. Por eso, si bien el motor del HB20 tiene un promedio alto de consumo, tampoco queda muy alejado de su competencia y tiene a su favor el de ser un motor bien confiable y sin demasiada sofisticación lo que se puede traducir en mayor tranquilidad para su usuario.

Equipamiento de seguridad

En términos de seguridad, Hyundai dotó al HB20 Sedán con control de estabilidad, seis airbags (de serie), anclajes ISOFIX, y asistente de arranque en pendiente. En la versión “Platinum Safesty” agrega muchas asistencias a la conducción como alerta de punto ciego, mantenimiento y centrado de carril, indicador de atención del conductor, alerta de tráfico cruzado y hasta ¡te avisa si viene un bici o un auto cuando vas a abrir la puerta! Impecable.

Comfort

Por dentro, el HB20 Sedán no pretende deslumbrar, pero cumple con todo lo necesario: buena calidad de materiales para el segmento, diseño relativamente actual y una buena dotación de confort para el segmento. La posición de manejo es cómoda, con una postura baja que muchos conductores aún valoran, pero si te gusta manejar sentado como arriba de un carrito la butaca no regula tanto en altura. Las plazas traseras tienen buen espacio para piernas y cabeza, contando prácticamente con el mismo espacio y características que en el hatchback. Cuenta con pantalla táctil de 8” con Android Auto y Apple CarPlay, cargador inalámbrico, sensores de estacionamiento traseros, cámara de retroceso y climatizador digital de una sola zona. En esta versión, la caja automática de 6 marchas suma mucho al confort urbano.

Conclusión

El HB20 Sedán no busca seducir desde lo emocional. Pero cuando lo usás unos días, te das cuenta de que tiene todo lo que necesitás para moverte bien por la ciudad y salir a la ruta sin dramas. En tiempos donde los SUV parecen dominar la conversación, los sedanes chicos siguen siendo una opción racional, eficiente y cómoda. Hyundai entendió esto y no se bajó del segmento. Y nosotros, que lo usamos durante una semana, también lo entendimos: todavía hay lugar para los sedanes. Solo hay que animarse a mirar un poco más allá de la moda.